La salud ambiental es fundamental para tu calidad de vida. En este artículo me fijo especialmente en los aspectos negativos del entorno y que influyen en tu salud y la de los tuyos. Y apunto algunas soluciones que dependen de ti, en los espacios interiores.
¿Sabías que la salud y el medio ambiente están relacionados de forma muy estrecha?
El agua que bebemos, el aire que respiramos, los ruidos a los que nos exponemos, las radiaciones, las propias instalaciones eléctricas de casa o del lugar de trabajo, los productos de higiene y de limpieza… Nuestro día a día, nuestra cotidianeidad, está formada por factores que pueden afectar a nuestro bienestar. No los vemos, pero están ahí. Si cuidas la salud medioambiental estarás cuidando la tuya propia y ganarás en calidad de vida.
Vivimos en la era de la tecnología, los avances e innovaciones en este sector son cada vez mayores, pero también nuestra exposición a sus riesgos.
Hoy en día no basta con cuidarnos por dentro y por fuera, sino que debemos velar por la calidad de nuestro entorno, por nuestra salud ambiental. No solo es básico ir al especialista cuando nos duele algo o mantener un nivel de higiene óptimo, sino que debemos hacer los deberes en todo lo relacionado con nuestro entorno.
¿Cuáles son estas tareas?
- Recoger y reciclar los desperdicios que generamos.
- Usar racionalmente el agua.
- Consumir energía de forma responsable.
- Consumir alimentos de calidad.
- Utilizar productos de limpieza que respeten el medio ambiente, etc.
El concepto de salud ambiental no es nuevo
Si nos guiamos por la definición que de ello hace la Organización Mundial de la Salud (OMS), la entendemos como “la disciplina vinculada con todos los factores físicos, químicos y biológicos externos de una persona. Es decir, que engloba factores ambientales que podrían incidir en la salud y se basa en la prevención de las enfermedades y en la creación de ambientes propicios para la salud. Por consiguiente, queda excluido de esta definición cualquier comportamiento no relacionado con el medio ambiente, así como cualquier comportamiento relacionado con el entorno social y económico y con la genética”.
Los efectos negativos más evidentes sobre nuestra salud, lamentablemente, ya forman parte de nuestro día a día y alguno, o algunos de ellos, serán familiares:
- Dolores de cabeza.
- Estrés.
- Insomnio.
- Asma.
- Irritabilidad.
- Falta de concentración.
En algunos casos, según investigaciones internacionales, estos factores ambientales pueden desencadenar incluso trastornos neurológicos de desarrollo, trastornos en el sistema inmunológico o cáncer infantil (humo del tabaco, exposición a disolventes por parte de los padres puede ser las causantes).
El ser humano depende de forma absoluta del medio ambiente, por lo tanto es muy vulnerable a sus variaciones. El cambio climático, sin ir más lejos, causa y causará, si no lo frenamos de forma drástica, importantes transformaciones en la salud de la población mundial.
Poner solución a esto está en nuestras manos y no es complicado. Evidentemente no podemos acabar con todos los factores contaminantes, porque vivimos en una sociedad en la que su arraigo está muy extendido. Pero sí podemos actuar de forma local. En casa, en la oficina, en el negocio que regentamos. Todo suma.
Afortunadamente, todos podemos aportar nuestro granito de arena para reparar los daños ocasionados a la salud medioambiental. Y además, existen opciones profesionales para mejorar de forma considerable la salud ambiental de tu casa o lugar de trabajo y así ganar en calidad de vida.
¿Hablamos? #Bhitalcuidadeti.
Dra. Carmen Romero
Fundadora de Bhital.