La salud ambiental en la medicina integrativa
Calidad del aire, químicos tóxicos y campos electromagnéticos no ionizantes
La salud ambiental de nuestros hogares debe formar parte de la medicina integrativa
¿Por qué es importante la salud ambiental en la medicina integrativa? Cada día, realizamos más de 20.000 respiraciones. Ya conocemos que la contaminación del aire tiene un impacto significativo en tu salud. Algunos datos irrefutables de la Organización Mundial de la Salud (OMS): más del 92 % de la población mundial respira aire contaminado. También 235 millones de personas viven con asma. La mala calidad del aire podría causar, en todo el mundo, unos 6’5 millones de muertes al año. Además una cuarta parte de muertes de adultos por cardiopatías están relacionadas con la contaminación.
Por lo que atañe a la mala calidad del aire interior, aumenta el riesgo de contraer muchas enfermedades.
Alergias, náuseas, dolores de cabeza, fatiga, asma, mareo, falta de concentración, vómitos, garganta irritada, dificultad para respirar. También irritaciones de la piel y los ojos, son algunos síntomas que pueden estar causados por tóxicos en el medio ambiente de tu hogar.
Analizar la calidad de aire interior de tu casa, te ayudará a tomar las medidas oportunas.
Existe una gran variedad de químicos tóxicos en nuestros hogares. Desde pinturas, disolventes, insecticidas, hasta productos de limpieza e higiene personal y cosméticos.
Otro dato: una vivienda puede contener entre 500 y 1000 químicos tóxicos. También en este caso, conocer los productos químicos tóxicos a los que estás expuesto te permite reducirlos.
Los campos electromagnéticos (CEM) y la radiación inalámbrica -radiofrecuencia o RF- se han convertido en una de las mayores fuentes de contaminación ambiental. Debido al rápido crecimiento y potencialmente dañinos es imposible evitarlos por completo. A pesar de ello, podemos encontrar las fuentes y reducir la exposición a la que estamos expuestos en casa o en el trabajo.
En Bhital medimos e identificamos 4 tipos de CEM:
- Campos eléctricos (aparatos y dispositivos eléctricos, cableado eléctrico de la vivienda y, de especial relevancia, la cabecera de la cama). Pueden inducir voltaje en el cuerpo y afectar la producción de melatonina, que impide un sueño reparador y regeneración del ADN en la noche.
- Campos magnéticos: provenientes del flujo de la corriente eléctrica, de los errores del cableado, tuberías y líneas de media y alta tensión, transformadores eléctricos. Pero también del metal en los marcos de la cama.
- Electricidad sucia: provenientes de aparatos electrónicos enchufados a la red eléctrica. Éstos generan armónicos o corriente sucia, en especial los contadores inteligentes. Las fuentes de alimentación que convierten la electricidad de corriente alterna (CA) en corriente continua (CC) crean electricidad sucia. Esta electricidad sucia deprime el sistema inmunológico.
- Radiofrecuencia (equipos y dispositivos que envían y reciben información de forma inalámbrica, como teléfonos móviles y fijos inalámbricos, Wi-Fi, bluetooth, contadores inteligentes, radares…).
Hoy, más que nunca, conseguir ambientes interiores con la mínima contaminación electromagnética ayuda, por lo tanto, a prevenir problemas de salud y a mejorar nuestra respuesta inmune.
Las fuentes comunes de radiación son las líneas eléctricas y de transmisión de alto voltaje, los electrodomésticos y el cableado de edificios, los inversores de paneles solares. También, las torres de telefonía móvil, la tecnología inalámbrica, los contadores inteligentes, así como, los vigila bebés, los dispositivos bluetooth, los enrutadores Wi-Fi, los coches eléctricos…
Más datos. Los CEM fueron clasificados como posibles carcinógenos del Grupo 2B por la OMS. Los síntomas y los niveles de gravedad pueden variar de persona a persona, dependiendo de las intensidades y frecuencias del campo electromagnético.
Electrohipersensibilidad
Además, la sobreexposición o Electrohipersensibilidad a los CEM puede expresarse en numerosos síntomas y enfermedades.
Por ejemplo: déficits de aprendizaje y memoria, insomnio, dificultades de concentración, desórdenes neurológicos, dolores de cabeza, fatiga crónica, irritabilidad, daño celular, ansiedad, depresión, náuseas, hipersensibilidad electromagnética (EHS). Así mismo, afectación de los sistemas inmunológico y reproductivo, recuento bajo de espermatozoide, sensibilidad química múltiple, mayor riesgo de cáncer, taquicardias…
Los niños son los que corren mayor riesgo.
Múltiples estudios han demostrado que absorben más del doble de radiación que los adultos. Un ejemplo: el Informe BioInitiative proporciona una inmersión profunda en los efectos sobre la salud de los CEM. Después de examinar la investigación de más de 3.800 estudios sobre EMR (radiación electromagnética) y revisar los estándares de exposición actuales, concluye que estos están lejos de ser adecuados para proteger la salud pública.
Se siguen publicando estudios de investigación que muestran los efectos nocivos de los campos electromagnéticos. Y no sólo en humanos, sino también en animales, insectos y plantas.
Dra. Carmen Romero
Fundadora de Bhital.